Como era de esperar, la Iglesia Católica del Brasil condenó la legalización de la unión civil entre homosexuales que fue recientemente aceptada por el Supremo Tribunal Federal del Brasil. Este comunicado se realizó en el marco de su 49º asamblea general de la CNBB (Conferencia Nacional de Obispos) realizada en San Pablo durante la primera semana de mayo.
La CNBB envío a los medios un comunicado donde expresaban su rechazo al reconocimiento del máximo tribunal nacional a la unión estable entre parejas del mismo sexo y (según su limitado criterio) aseguran que tales uniones no constituyen una verdadera familia. “Tales uniones no pueden ser equiparadas a la familia, que se fundamenta en el consentimiento matrimonial, la complementariedad y la reciprocidad entre un hombre y una mujer”, expresaba el comunicado de los religiosos a los que se sumaron también las opiniones de diferentes obispos.
«Con esto estaremos institucionalizando la destrucción de la familia, es una agresión frontal a la familia que siempre defendimos. No podemos acordar que exista una unión matrimonial, porque no existe una unión sacramental entre dos personas del mismo sexo», expresó el obispo de la ciudad de Maringá (Paraná), Anuar Battisti.
«Una cosa es la unión civil y otra el casamiento. La Iglesia está en contra de la cuestión del casamiento (entre homosexuales). El derecho de dos personas a convivir y constituir patrimonio, con derecho a herencia, pienso que es un consenso, pero eso no puede ser llamado casamiento», opinó el obispo Edney Gouvera Mattosso, de Nova Friburgo (Río de Janeiro).
Los obispos creen que la justicia fue más allá de “los límites de su competencia” al regular una situación que el Parlamento no ha conseguido tratar y aseguraron que no permanecerán impasibles y pondrán «todo su empeño en la lucha por una pastoral familiar intensa y vigorosa».
Fuente: ABC