En el último año, el colectivo LGBT ruso se ha sentido más marginalizado que nunca antes, resistiendo en una sociedad donde desgraciadamente la homofobia es un sentimiento generalizado, y donde la fuerte influencia de la iglesia ortodoxa rusa ha empeorado progresivamente su ataque a las minorías sexuales. Los homosexuales en Rusia han sido perseguidos desde hace décadas, ya en la época soviética sufrían una gran represión, y finalmente en 1993 lograron que se despenalizara la homosexualidad.
De acuerdo con una encuesta llevada a cabo por el Levada Center y publicada a fines del 2012, dos tercios de la población rusa siente rechazo por los homosexuales, y son considerados por ellos como personas amorales y con deficiencias psíquicas, un panorama desolador para el colectivo LGBT. A pesar de ello, durante los últimos años, el tema de la homosexualidad esta más vigente en la sociedad y en los medios de comunicación y se ha observado un aumento del activismo del colectivo en las marchas contra la marginalización de los homosexuales.
Inga Admiralskaya, una psicóloga moscovita que trabaja con el colectivo LGBT, alertó que la persecución de los homosexuales está provocando una gran angustia en el colectivo y está logrando que muchas familias estén moralmente preparadas para emigrar con el fin de escapar del miedo, de la ansiedad y del desamparo. Respecto a la ley anti propaganda gay, Admiralskaya opinó: «Este tipo de ley en realidad solo sirven para legalizar la violencia contra los homosexuales, ya en muchas partes de Rusia hay un aumento de la retórica homófoba, que afecta en primer lugar a los adolescentes gays, que son las víctimas más vulnerables».
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Fuente – Rusia Hoy
Foto – Rusia Hoy