Esta semana la gobernadora del estado de Arizona (EE.UU.) Jan Brewer impidió que entrara en vigor la controvertida ley SB-1062, que permitía a los empresarios de Arizona acogerse a sus creencias religiosas para negar servicios a los homosexuales, legalizando la discriminación de ciudadanos. Esta ley impulsadas por grupos conservadores y religiosos fue aprobada la semana pasada por la asamblea estatal y pretendía que se promulgase durante los últimos días, fracasando en este intento.
Brewer ofreció una conferencia de prensa en la que aseguró que la polémica ley de libertad religiosa que se había aprobado en la cámara legislativa (de mayoría conservadora) podría tener consecuencias negativas no deseadas para el estado de Arizona. Brewer también subrayó que entre los objetivos de su mandato siempre ha estado el de proteger la libertad religiosa como también el de evitar la discriminación de personas. La gobernadora afirmó: «La libertad religiosa es un tema central en los Estados Unidos y un valor en Arizona, como lo es la no discriminación».
Al mismo tiempo que Brewer ofrecía su conferencia, diversos grupos de personas se manifestaron alrededor de las sede de gobierno, aprobando la decisión de la gobernadora y levantando carteles diciendo: «Gracias, gobernadora Brewer». En los últimos días, casi un centenar de importantes empresas estadounidenses como, como Apple y American Airlines, habían mostrado su rechazo por la polémica ley, y también desde el gobierno se pronunciaron la Casa Blanca y el secretario de Estado, John Kerry, en contra de la misma.
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