Una de las grandes verdades que cualquiera aprende con el paso de los años es esa de que no se puede generalizar por generalizar. Decir que el lugar donde me había ido a vivir era una mierda era generalizar. Sólo había conocido esa parte que tenía que ver con ese que era mi pareja. No puedes tachar a toda una ciudad de superficial porque sí, por tus malas experiencias… o sí… bueno, eso ya va a gusto del consumidor.
Hasta yo, obtuso de medalla, sabía que necesitaba salir a esa ciudad y vivirla de manera individual, sin pareja. Además tenía el lugar perfecto donde comenzar a hacerlo, el trabajo. Allí había un buen montón de gente de edad similar a la mía. Así que comencé a abrirme un poco más, pero sólo un poco, pues la historia de que era cuñado del jefe y que mi pareja era el otro cuñado del jefe no era que terminase de sonarme del todo bien.
Pero bueno, había que empezar a hacer amigos y eso jamás había sido un problema para mí. Uno puede decir que es gay sin tener que entregar el DNI y un certificado con tu último análisis de sangre… tampoco era cuestión de exagerar. Había que hacer amiguitos nuevos y así poder aportar algo más a mi vida en pareja.
‘Bear and the City’ – Síguelo desde el capítulo 1
Imagen – SLDS