Aquí todo el mundo pensará que sonó la música de ‘Pretty Woman’ de fondo mientras me subía al coche dirigiéndome a un nuevo destino con un antiguo novio que parecía por fin ser normal. Pues no. Le miré a los ojos, sonreí y le dije, “Estás loco. Cúrratelo un poco más, anda.” No me podía ir con alguien con quien sólo había tenido problemas y una colección de cuernos más grande que todos los kilómetros que ya llevaba recorridos.
Cuando este chico llegó a su casa volvió a ser el mismo desgraciado de siempre. Volvió a desaparecer como ya hizo antaño, pero con la diferencia de que ya no me importaba lo más mínimo. Así que opté por entrar al IRC y ponerle fino filipino en el chat general. Ahí fue cuando recibí la sorpresa de verdad. Se me ocurrió decir en el chat que “estaba harto de las estupideces de ‘fulanito’”, nombrándole por su nick en el chat. No pasaban ni diez segundos cuando se me abría un chat privado con un chico con quien jamás había hablado. En esa conversación se me ponía a caldo por estar “insultando a su novio”. ¿¿¿Novio??? No me corté un pelo. Le pedí el teléfono para llamarle. Al principio se resistió, ya que se pensaba que me iba a poner en plan barriobajero. Nada más lejos de la realidad. Mi intención era solamente informarle de quién era su novio. Si seguían o no después, a mí me daba igual. Me dio el teléfono.
Tomé aire varias veces antes de llamarle. Más que nada porque no quería parecer un histérico, cosa bastante probable que acabara pasando. Le llamé. Respondió una voz fría y sin aparente interés. Fue al grano, “¿Qué es lo que me tienes que contar de mi novio?” Me sonó graciosa la entonación. Era como imaginarse a mi madre sujetándose la bata con una mano bien apretada, en la otra el teléfono, mirando ligeramente hacia arriba y dando golpecitos en el suelo con un pie. Abrí la boca y comencé a disparar: “La primera vez que estuvo conmigo, se dedicó a follarse todo bicho viviente que pasara por delante de él. Cuando terminaba me intentaba controlar los contactos del messenger.” Su respuesta fue todo lo estúpida que se podía esperar, “¿Qué esperas de una relación a distancia? Yo también lo hubiera hecho.” Entonces hice uso de la bala de plata que guardaba. “¿Dónde te dijo que estuvo hace tres días a eso de las cuatro de la tarde?” En un primer momento se quedó callado, pero acabó respondiendo, “Fue al gimnasio.” Apunté en medio de los ojos y disparé, “Estuvo aquí, conmigo. Iba vestido con tal y tal ropa, ¿verdad? Quizás fuiste tú quien le llamó por teléfono y te cortó la llamada. ¿Fuiste tú? Estábamos follando. Menos mal que a ti esas cosas no te importan.” Me dijo que yo mentía y me dio igual. Rematé con un disparo directo al corazón, “Me dijo que me fuese con él. Que agarrara mis cosas y me fuese con él a vivir.” Ahí fue cuando se sulfuró de verdad, “¡Eso es mentira! ¡No te puede decir eso cuando yo paso todo el día en su casa!” Capaz que le estuviera usando de sirvienta. Bueno. Me daba igual. Me despedí con una sola frase, “Cuando llegue esta noche le preguntas si es verdad o es mentira, y le dices de mi parte que si dice que es mentira, tardaré tres horas en aparecer allí, ya que también me dio la dirección” y colgué. Acabó confesando la verdad.
No me lo puedo creer!!! jajajajaja Este es mas fuerte que el anterior! Soy tu fan, ¿Te lo he dicho?
¡Gato, el Puto Amo! 😉