La gran presión homófoba contra la comunidad LGBT en Rusia ha provocado finalmente el cierre de Central Station, el mayor club gay de Moscú, que durante los últimos meses venía sufriendo diversos episodios de violencia, como ataques con gas, intimidaciones a los clientes a la salida del local y diferentes presiones que han logrado que sus dueños anunciaran en los últimos días el cierre definitivo del mayor club gay que existía en Rusia.
Andrei Lischinsky, gerente principal del club, abandonó su cargo a inicios del pasado mes de febrero luego de la gran presión que había sufrido durante el año pasado, y declaró desde su cuenta en la red social rusa VK: “Desde este 1 de febrero de 2014, he decidido renunciar a mi cargo como consejero delegado del club ‘The Central Station’ de Moscú. Las razones es que estoy sumamente cansado de luchar contra los «molinos de viento». Han sido tres años de arduo trabajo en el mayor club gay del país, aunque últimamente hemos sufrido mucho reveses: el ataque de la fiscalía local, la quema de mi coche, la lucha contra los asaltantes… Ha sido una de las experiencias más interesantes de mi vida laboral”.
Los propietarios del club gay habían denunciado hace algunos meses el cruel chantaje de los propietarios del local y que la policía moscovita había ignorado sobre las distintas denuncias presentadas contra sus frecuentes ataques. Anteriormente, otro de los gerentes del club, Arkady Gyngazov, acabó por abandonar el país hace algunos meses para estar a salvo de los ataques homófobos que estaba sufriendo durante el ultimo año, desde que se aprobó la ley antigay.