‘COMUNIDAD BEAR’: Antes muerta que delgada (I)

Después de haber recibido todas las hostias del mundo en el colegio por haber sido el raro, el feo, el marica… bla bla bla… lo de siempre… resulta curioso ver uno acaba creciendo, sacando una mata de pelo enorme en todo el cuerpo, menos en la cabeza, y acaba viviendo su propio cuento de ‘El patito feo’.

El haber descubierto internet -allá por el año 2000- abrió una puerta para mí que me marcó de por vida. Los hombres peludos y con barba siempre habían sido una perdición para mí y ya había escuchado en algún lugar el adjetivo de «oso» refiriéndose a gente entrada en kilos, peludos y con barba. No había que ser ningún lumbreras para encontrar algún buscador en el que escribir las palabras «gay oso» y pulsar ENTER. Entonces se hizo la luz.

Los osos existían y paseaban todos juntitos de la mano de kedada en kedada. La felicidad me invadió durante unos minutos hasta que la realidad vino a tirarme un cubo de agua helada en la cara: la comunidad bear no estaba exenta de esquizoides.


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