Te gustan los osos… y mucho. Ahora el problema es que tú no le gustas a ellos. Eres demasiado joven y demasiado delgado, aunque tu barba y tu pecho peludo apuntan buenas maneras. Pero no… no hay manera. Es en este punto en el que aparecen tres vertientes:
1: Los normales, que aceptan la realidad y optan por seguir viviendo y buscando a ver qué consiguen cazar.
2: Los musculosos, emperrados en crearse el cuerpo perfecto, consiguiendo con ello hacer crecer su ego todavía más que sus músculos, agrandando aún más su inaccesibilidad y yendo a buscar sola y exclusivamente a similares a él.
3: Los gordos porque sí, el peor caso. Chicos que se ceban a comer por el mero hecho de gustar. Las chicas vomitan y se vuelven bulímicas y los chicos comen y se vuelven gilipollas. Comer y comer hasta el punto de joderte la vida por poder echar un mal polvo. Por desgracia es algo tan habitual que más de uno debería asustarse -y esto va por tí, ya lo sabes-.
¿Pero entonces en qué quedamos? ¿Es que no hay gente normal en la comunidad bear? Pues claro que la hay, hombre, tranquilo.