Andrej Kiska, el presidente de Eslovaquia, firmó el pasado jueves (27) un decreto oficial que da luz verde a la convocatoria de un referéndum nacional al que se denominó la protección de la familia. Es de recordar que la primavera pasada los derechos humanos y la igualdad de la comunidad LGBT sufrió un severo ataque luego veto impuesto al matrimonio igualitario en un referéndum similar.
No conformes con el referéndum anterior, el gobierno eslovaco realizara otro más para reafirmar la homofobia reinante en este país del este de Europa, en el cual se formularán al pueblo eslovaco tres preguntas: si el matrimonio debe ser considerado sólo como la unión entre un hombre y una mujer, sobre si las parejas homosexuales pueden adoptar niños y sobre el derecho de los padres a negarse a que sus hijos reciban educación sexual en los colegios.
Según la prensa local el referéndum antigay fue promovido por la asociación conservadora Alianza por la Familia en defensa de la familia tradicional, y que tiene el apoyo de la Iglesia Católica, ya que esta propuesta reunió 400.000 firmas de apoyo, en un país de 5,4 millones de habitantes, es decir menos de un 10 por ciento de la población decide unilateralmente los derechos de una minoría social en Eslovaquia.