En un acto de descarada homofobia, el párroco andaluz Manuel García le ha negado a un hombre ser padrino de bautismo de una niña porque este se encuentra casado con otro hombre y, de acuerdo a lo declarado por el polémico sacerdote, este hecho contraviene las leyes eclesiásticas de la iglesia católica.
El polémico hecho ocurrió en el municipio de Huelma, Jaén, el pasado fin de semana, cuando Francisco Jiménez intentó apadrinar a una niña de seis meses y el cura no quiso bautizarlo con los padrinos elegidos por los padres.
El párroco ha desistido de hacer declaraciones a los medios y se ha remitido al Obispado, que ha recordado que la normativa eclesial, reflejada en el Código de Derecho Canónico, canon 874, da orientaciones claras sobre los requisitos que deben tener los padrinos de bautismo.
En una muestra ejemplar de civismo y a pesar de la intolerancia homófoba del párroco, Jiménez se encuentra afectado por hecho pero mantiene aún su religiosidad: «Con mi fe no van a acabar. El que yo tenga mi fe a la virgen o que yo pueda seguir teniendo mis ideas, no va a acabar con eso, no pueden», afirmó el hombre andaluz a los medios.
Desde el Obispado andaluz aseguran que han querido «aclarar este tema para evitar los juicios que se han realizado sobre una supuesta discriminación en la actuación del párroco a la vez que reitera la necesidad de cumplir la normativa eclesial universal».
Esta es una muestra más de la homofobia y discriminación de la que nuestro colectivo es víctima por estos personajes intolerantes que creen ser dueños de la fe y la moral de todo el mundo.
Fuente: LV