Finalmente el Gobierno de Mariano Rajoy aceptó el pasado viernes (20) ceder ante las exigencias el Gobierno ruso, discriminando a las parejas del mismo sexo y personas homosexuales, como condición (chantaje) para desbloquear los procesos de adopción iniciados por familias españolas y que Rusia paró con el fin de evitar que sus huérfanos pudieran ser adoptados por homosexuales.
Mediante este convenio bilateral firmado por España, el Gobierno de Vladimir Putin, además de prohibir la adopción expresa a homosexuales, también prohíbe que en el futuro cualquiera de los menores rusos puedan ser adoptados por homosexuales en España, en el posible caso de desamparo por la muerte de sus progenitores españoles o cuando la tutela legal pueda ser retirada por algún motivo.
Este controvertido punto llega a tener aristas inconstitucionales, dado que no permitirá a estos menores ya con nacionalidad española el derecho de que puedan ser adoptados por familiares o allegados a sus progenitores, en el caso de que estos sean homosexuales. Más allá de que la firma de este convenio bilateral permita que quinientas familias puedan concretar sus trámites de adopción en Rusia, este acuerdo vulnera los derechos de los homosexuales en España como ciudadanos de pleno derecho, aceptando leyes homófobas de otros países que menoscaban los derechos de españoles.
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