Diferentes organizaciones de derechos humanos ya están alertando sobre la desigualdad y la discriminación que generará la nueva constitución ultraconservadora húngara. Estas nuevas reformas atentan los derechos humanos en lo referente al aborto y el matrimonio homosexual, condenándoles a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
Las reformas a la Carta Magna húngara fueron aprobadas por la cámara el pasado 18 de abril, con 262 votos a favor, 44 en contra y una abstención. Dicha reforma será ratificada por el presidente del país el próximo día 25 y entrará en vigor el 1 de enero de 2012. La misma contiene diferentes artículos polémicos que podrían perjudicar a mujeres, homosexuales, bisexuales y transexuales, así como a personas con discapacidad.
La nueva Constitución protege solamente y de forma explícita al matrimonio que se celebra “entre un hombre y una mujer”, excluyendo cualquier otra posibilidad. Esta prohibición constitucional del matrimonio igualitario suena innecesaria debido a que el matrimonio homosexual no está permitido, aunque tiene un indudable valor simbólico para los conservadores.
Esta el momento Hungría sí dispone de una ley de uniones civiles aprobada antes de las elecciones por los socialistas (y los minoritarios liberales), y que tiene además el aval del propio Tribunal Constitucional húngaro, pese a que el Fidesz (partido oficial) se opuso de forma rotunda y la consideró “inconstitucional”.
El nuevo texto ha sido criticado por la oposición húngara como por la comunidad internacional y se la ve como un instrumento que sirve a los intereses políticos del Fidesz, la formación que dirige el primer ministro, Víktor Orbán, y que controla dos tercios de los escaños del Legislativo.
Fuente: DM