En una condena ejemplar, el párroco de la Iglesia de la Natividad de María Santísima de Roma, Ruggero Conti, ha sido condenado por la justicia italiana a 15 años y cuatro meses de cárcel por haber abusado de siete menores entre los años 1998 y 2008. El Tribunal Penal de Roma aplicó además varias penas secundarias, como la prohibición perpetua a ocupar cargos públicos y condenó al cura a indemnizar a sus víctimas por un monto cercano a los 300.000 euros.
Roberto Mirabile, testigo por de la defensa de los menores abusados, se constituyó como parte civil en el proceso y opinó que se trata de una «sentencia ejemplar, aunque para un pedófilo en serie que ha utilizado el agravante de vestir la sotana y ha seguido siendo cura hasta hoy mismo, no hay una pena jurídicamente suficiente.»
Mirabile también agregó que ahora los fiscales deben seguir investigando la «responsabilidad y complicidad de los altos niveles eclesiásticos», ya que según su parecer los responsables eclesiásticos de Conti encubrieron a sabiendas los graves delitos del cura pese a las denuncias que las familias de las víctimas llevadas a la diócesis de Porto y Santa Rufina.
Una prueba de ello fue que durante el juicio, el obispo Gino Reali declaró como testigo y admitió haber recibido al menos una decena de avisos sobre los abusos que estaba cometiendo el cura. A pesar de ello, Reali sólo se limitó a llamar la atención del párroco diciéndole que fuera «más prudente» y no informó del caso al Vaticano ni a las autoridades italianas, porque según declaró en el juicio: «No pensé que hubiera indicios suficientes y no conocía el trámite que debía seguir.»
Algunos medios han declarado que lo que les ha llamado la atención sobre este caso ha sido lo inusual de que los sacerdotes comparezcan ante un tribunal civil y no clerical.
Fuente: EP