El pasado viernes (1), el Tribunal Constitucional de Uganda anuló por unanimidad la polémica ley homófoba que desde febrero pasado condenaba a cadena perpetua a los homosexuales y prohibía la existencia de asociaciones de gays y lesbianas. El alto tribunal ugandés estimÓ que la controvertida normativa viola la Constitución, dado que fue aprobada sin el quórum mínimo de votos necesarios, al menos el respaldo de un tercio de los parlamentarios presentes en el momento de la votación.
El tribunal africano ha respondido así a la solicitud de diez activistas de Derechos Humanos, académicos y políticos de la oposición. Desde principios de este año, el Gobierno de Uganda también había recibido una fuerte presión internacional, en particular de Estados Unidos, que anunció sanciones como la prohibición de la entrada al país de las autoridades ugandesas.
Esta ley homófoba mantenía la tipificación de la homosexualidad como un delito grave y elevaba las penas contra el colectivo con cadena perpetua por la comisión de actos homosexuales «con agravantes». Aunque esta decisión del tribunal es un paso adelante, lamentablemente la derogación de la ley no acaba con la persecución de la homosexualidad en el país, que todavía se considera delito. No obstante el Parlamento africano aprobó en diciembre pasado la controvertida ley, y el presidente ugandés, Yoweri Museveni, no la firmó hasta febrero, cuando obtuvo los resultados de un informe que encargó a un grupo de expertos para determinar si la homosexualidad era una enfermedad genética.