Finalmente Madonna cumplió su promesa de entretener a lo grande en el mini-show que ofreció el pasado domingo por la noche durante el entretiempo de la Super Bowl. La cancha del Lucas Oil Stadium de Indianápolis vibró como nunca con doce minutos de show insuperables que no dejo a nadie indiferente en todo el mundo.
El show comenzó con una espectacular entrada romana acompañada del Circo del Sol, donde aparecía la reina del pop, subida a una gran carroza, y subiendo al mega escenario de luces interpretando “Vogue”, a la que siguió un mush-up del “Music” con los exitosos “Party Rock Anthem / Sexy and I know it” que incluyó a los LMFAO en el escenario.
Luego siguió la parte más esperada con la presentación oficial en vivo de su nuevo sencillo «Give Me All Your Luvin'», en la cual se unieron un batallón de animadoras bailando alrededor de la Diva, quien invitó a las nuevas estrellas de estos últimos años, Nicki Minaj y M.I.A., para acompañarla.
Luego Madonna se atavió con un «hábito» negro brillante metalizado y entonó un medley de sus grandes éxitos “Express Yourself” y «Like a Prayer», acompañada por el cantante Cee Lo Green y un coro vestido en combinación de blanco y negro.
La máxima figura del Pop internacional no perdió la oportunidad de, a través de un espectacular escenario de luces, pedir por «La paz del mundo» y, para despedirse de todos, con la última estrofa de «Like…», la indiscutible «Reina del Pop» desapareció envuelta en un halo de humo blanco.
Sólo ocho minutos para instalar el escenario, doce de concierto y siete más para desmontarlo todo y que el partido continuara. Era la primera vez que la ambición rubia se enfrentaba a un público como este, y ella misma había admitido que estaba nerviosa. Nada podía fallar y nada lo hizo.
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Fuente: Terra