Algo más de 2 mil personas celebraron el día del Orgullo Gay en Jerusalén (Israel) el pasado fin de semana, un desfile organizado por la comunidad LGBT que ha tenido un marcado acento reivindicativo y que también ha estado fuertemente vigilada por las fuerzas del orden local. Al contrario de la célebre Tel Aviv, un verdadero símbolo del Orgullo Gay en Oriente Medio, Jerusalén se sitúa como una ciudad religiosa y ultraconservadora donde la homosexualidad es vista como un pecado y su ostentación está considerada un acto de osadía.
El despliegue de segundad del evento contó con policías de frontera y otros cuerpos de Seguridad del Estado, además del Ejército, efectivos que vigilaron el vallado recorrido que atravesaba una de las principales arterias de la ciudad y culminaba con una fiesta celebrada en el Parque de la Independencia. La marcha contó con la participación de algunas fanfarrias pero careció de carrozas y otro tipo de espectáculos alegóricos, aunque afortunadamente discurrió sin ningún tipo incidentes.
La muchedumbre que marchó era de jóvenes en su mayoría, y apenas participó gente madura o familias, viéndose así mismo algunas estampas imposibles de encontrar fuera de un país tan militarizado como Israel, como la de jóvenes con sus fusiles reglamentarios y ropa de civil o soldados de uniforme, con la kipá religiosa sobre la coronilla, el arma colgando y la bandera arco iris a la espalda.