Uno no puede ser gay, conseguir casarse con el hombre de su vida y que le empiecen a llover los problemas como si fuesen piedras afiladas. El amor todo lo puede –eso es lo que dice mi anillo de boda-, pero el amor no me paga las facturas, no paga el alquiler, no paga la comida… no paga nada. ¿Qué hacemos los que a día de hoy hemos conseguido casarnos? ¿Dejamos que el día a día nos destroce la pareja a base de hostias? ¿Culpamos a nuestros políticos por haberse reído de todos nosotros, homosexuales y heterosexuales? Por desgracia creo que es tarde hasta para liarse a collejas con Zapatero y compañía. No sé ustedes, pero yo estoy cansado.
Supongo que también podríamos habernos casado en otro momento, pero me gustaba ese. Ese era el nuestro. Los proyectos iban saliendo adelante y era el momento. Vaya una leche encontrarse luego con toda esta feria. Si encontrar un trabajo está difícil, más difícil está encontrarlo cuando ya tienes unos años, o eres de fuera, o mil historias más que te ayudan a seguir recibiendo portazos… los mismos que a todo el mundo. Quizás no seamos tan raros y hasta tengamos los mismos problemas que las parejas heterosexuales.