Durante el último año, el mundo ha descubierto magníficas escenas nunca antes vistas, como jóvenes soldados estadounidenses (hombres y mujeres) uniformados marchando con la bandera del arco iris en un desfile gay, ver tradicionales recibimientos de soldados y marinos que vuelven de misiones del extranjero, pero ahora con emotivos reencuentros entre militares gays con sus parejas.
Esta nueva era en las fuerzas armadas estadounidenses han comenzado hace tan solo un año, desde que la controvertida política mordaza del ‘don’t ask, don’t tell’ (‘No preguntes ni digas’) fue derogada permitiendo a hombres y mujeres homosexuales servir abiertamente a la milicia sin ser forzados mentir y mantener su vida personal injustamente encubierta.
En las últimas semanas, el Pentágono informó que la derogación fue aceptada satisfactoriamente y sin ningún efecto adverso en la moral interna o el reclutamiento de nuevos soldados. El presidente Barack Obama asumió esta derogación como uno de los mayores logros sociales de su mandato presidencial.
Hasta hoy casi todo ha sido favorable, aunque aún quedan resquicios aislados de desigualdad, como incidentes de intimidación a algunos soldados gays o de la discriminación de derechos las familias de militares homosexuales que no pueden disfrutar de los mismos beneficios y derechos que poseen familias de militares heterosexuales.
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Fuente – Washington Post
Foto – NC