En un reciente encuentro de la Mancomunidad de Naciones (Commonwealth), en la ciudad de Perth (Australia), el primer ministro británico David Cameron amenazó con retener las ayudas de su gobierno a los países que todavía prohíben la homosexualidad a menos que reformen estas leyes en sus respectivos países.
El tema de la reforma de los derechos humanos entre los países de la Commonwealth fue un punto urticante dado que durante los tres días que duró la cumbre no se llegó a un acuerdo común. Al respecto Cameron fue tajante frente a los medios declarando que los países que reciben ayudas deberán «adherirse a los debidos derechos humanos» y agregó que «las ayudas británicas deberían implicar más condiciones» por parte de los países que las reciben.
Según un análisis 41 países de los 54 miembros de la Commonwealth poseen en la actualidad leyes que prohíben la homosexualidad, y en muchos casos estas leyes son un legado obsoleto de las leyes del Imperio Británico.
Desde un comunicado de la organización humanitaria Amnistía Internacional se expresó su profunda frustración al haber acabado esta cumbre sin llegar a un acuerdo para adoptar recomendaciones que acaben con la ilegalización de la homosexualidad y para crear una figura legal de comisionado de la democracia, estado de derecho y de los derechos humanos.
Fuente: ESC