La homosexualidad de varios miembros de la cúpula del partido Frente Nacional de extrema derecha y profundamente antigay ha abierto un debate político y social explosivo en Francia en los últimos días. El principal detonante de los últimos sucesos ha sido la salida del armario forzada en una revista sensacionalista de Florian Philippot, vicepresidente del FN, número dos del partido, acompañado de su amigo íntimo, durante un viaje de placer a Viena.
La noticia de Philippot llega como un duro golpe a la ideología y congruencia del Frente Nacional, uno de los partidos franceses que mayor rechazo ha promovido hacia la comunidad homosexual, pero que cuenta con un hombre homosexual como líder en uno de sus principales puestos, un hecho que confirma la doble moral y la hipocresía con la que la mayoría de los partidos conservadores ocultan a sus votantes.
Esta semana Philippot amenazó con una querella judicial a la revista ‘Closer’ por revelar su homosexualidad. Sin embargo, la jurisprudencia francesa está a favor del semanario dado que, como personalidad pública, la opinión pública tiene derecho a ser informada sobre su homosexualidad. La evocación de la homosexualidad de Philippot es una contribución informativa de interés general según la justicia gala.