Portando los colores del arco iris, miles de manifestantes marcharon el pasado domingo por las calles de Estambul, al sólo grito de «no nos callarán, existimos», exigiendo protección legal para los homosexuales y el fin de toda discriminación. Aunque el ambiente en general fue festivo aún queda el temor que vive la comunidad LGBT turca ante los frecuentes actos de violencia y discriminación a los que son sometidos.
Olivier Cerri, activista francés conocido por el apodo de Kaptain Bear comentó sobre la marcha: «En 2009 tan sólo acudimos unas 200 personas. La policía nos acorraló y nos envistió con tanquetas. Este año somos 5.000. La gente está poco a poco perdiendo en miedo, pero todavía queda mucho por hacer».
En Turquía el gobierno parece ofrecer mayor libertad a los homosexuales en comparación a otros países musulmanes. Este colectivo sigue siendo perseguido y debe enfrentarse con problemas de violencia y discriminación en todo su territorio. De acuerdo a un reciente estudio especializado el 60% de los turcos no querría tener a un homosexual como vecino.
Este tipo de prejuicio es mayor aun en los barrios más tradicionales y en las zonas rurales, donde la presión social comete vejaciones como recluir o asesinar a sus familiares homosexuales. Durante el año 2010, dieciséis personas fueron asesinadas por su orientación sexual, de acuerdo a un informe de Amnistía Internacional publicado recientemente.
Fuente: Vanguardia