Este lunes (25) el presidente de Uganda, Yoweri Museveni, endureció las leyes contra los ciudadanos homosexuales que viven en este país africano, al firmar y promulgar una ley que castiga con cadena perpetua todo acto homosexual con agravantes, una norma que promueve la homofobia institucionalizada a los homosexuales, un hecho que ya era tipificado como delito en Uganda.
Esta ley homófoba fue aprobada por el Parlamento ugandés el pasado mes de diciembre, pero el presidente Museveni decidió posponer su firma y entrada en vigor hasta conocer los resultados de un estudio científico que buscaba demostrar los orígenes de la homosexualidad. Este grupo de catorce científicos determinó que la homosexualidad «no es genética», sino una orientación derivada de una conducta social “anormal”. Los científicos sostienen que “la homosexualidad no es una enfermedad, sino simplemente un comportamiento anormal que es desarrollado a través de las experiencias de la vida”.
La firma de la ley homófoba fue transmitida por la televisión pública ugandesa. El presidente Museveni refrendó este informe, señalando que la homosexualidad es producto de la educación recibida, y por lo tanto un factor corregible. También agregó que es una conducta derivada por factores económicos, opinando: “Muchos de nuestros homosexuales son mercenarios. En realidad son heterosexuales y se convierten por dinero, son como las prostitutas”.
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