En una reunión de estado realizada el pasado viernes (5), el presidente ruso Vladimir Putin aseguró que Rusia no es un país homófobo. Con su acostumbrada hipocresía, el mandatario ruso afirmó que considera que los supuestos problemas con los derechos de los homosexuales en Rusia es solo «una etiqueta colgada a Rusia por parte de otros países».
«En Rusia se reconocen y no se violan los derechos de los homosexuales», afirmó el controvertido presidente ruso y afirmó que «han tratado de colgarnos esa etiqueta», como si se tratara de un país que viola los derechos de estos ciudadanos, señaló Putin en una reunión con miembros del Comité de Derechos Humanos y de defensorías del pueblo. Putin señaló que lo que está buscando Rusia es proteger a los niños de la promoción de la homosexualidad. «La sociedad que no puede proteger a los niños no tiene futuro», dijo al respecto. El presidente ruso remarcó que los representantes de orientaciones sexuales no tradicionales también tienen sus derechos.
«No es lo que ha elegido nuestra sociedad, pero son personas que no se ven afectadas en sus derechos», afirmó y aseguró que todas las personas, independientemente de su orientación sexual, tienen derechos sociales y políticos. «Pero nuestra elección estratégica es una familia tradicional y una nación sana. Una cosa no excluye la otra. Creo que lo absolutamente correcto es un enfoque equilibrado «, concluyó el presidente.