El desafortunado asunto comenzaba a principios de junio, cuando se informaba de que la parroquia de Nuestra Señora del Rosario se había negado a oficiar el funeral por la muerte de John Sanfilippo por ser homosexual. Sanfilippo había llegado a dejar parte de su dinero a la iglesia en su testamento. Posteriormente la diócesis de San Diego acabó por pedir disculpas a los familiares y de paso culpar a un “sacerdote visitante” que al parecer no estaba familiarizado con “las prácticas locales”. Pero las excusas llegaron tarde, ya que la familia ya había acordado con los servicios religiosos del cementerio.
Louis Solcia, párroco de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, quiso justificarse con sus feligreses alegando que todo había sido un montaje organizado por activisitas LGBT. Curioso resulta que fuesen los mismos activistas los que optasen por recordarle un caso similar ocurrido hace seis años, cuando también se denegó el funeral de otro católico gay, John McCusker. En esa ocasión la familia recurrió a la iglesia episcopaliana, iglesia que destaca por su actitud inclusiva hacia el colectivo LGBT.
Fuente: DM
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