Como era de esperar Ratzinger no dejó pasar la oportunidad este fin de semana para apuntar contra el matrimonio y contra las parejas gay que adoptan niños. Joseph Ratzinger reiteró el discurso de la Iglesia Católica después del Ángelus dominical de la fiesta de San Esteban, insistiendo la limitada visión de que sólo amor de padre y madre da a los niños “seguridad” y que al crecer les permite “el descubrimiento del sentido de la vida”.
El sumo pontífice afirmó que una criatura no necesita tanto de “comodidades exteriores”, sino más bien del “amor de un padre y de una madre y del calor de la familia”. Agregó también: “Por ello, es muy importante que todos los niños que vienen al mundo sean acogidos en el calor de una familia. Jesús nació en un establo y como cuna tuvo un pesebre, pero el amor de María y de José le hizo sentir la ternura y la belleza de ser amado”, subrayó el Pontífice.
Obviamente, para la visión de este papa cualquier niño que haya nacido sin padre o madre o se haya criado sólo con uno de ellos parece que no podrá descubrir ese particular sentido de la vida y no tendrá esa seguridad especial de la que el pontífice habla, es decir, parece que serán discapacitados espirituales en su vida según estas afirmaciones discriminatorias.
Fuente: Clarín