Gran revuelo han causado en la comunidad LGBT norteamericana las declaraciones homófobas de un pastor bautista del sur de EE.UU., quien durante un sermón dio a entender que todos los homosexuales deberían ser condenados a muerte o vivir en el celibato permanente. El personaje homófobo en cuestión es el pastor bautista Robby Gallaty de la iglesia Brainerd Baptist Church, del estado de Tennessee (EE.UU.), que considera a la homosexualidad como un ataque a la familia y al matrimonio.
En el escandaloso sermón que dio hace pocos días en su templo, Gallaty declaró: “Dios dijo que los pecados de las personas impregnaban la tierra en la que viven. Entonces, ¿qué sucede a las personas que dedican a la práctica inmoral del sexo entre personas del mismo género? Encontraréis la respuesta en Levítico, Dios los castiga por estos pecados, ellos deberán someterse a la muerte y pagar por todo. Un hombre negro no puede cambiar su raza, un hombre blanco tampoco, pero un homosexual si puede dejar de realizar actos homosexuales. La sexualidad es una elección, el género y la raza no. No es lo mismo”.
El pastor principal de la Iglesia Bautista de Brainerd ha manifestado que, si los colectivos LGTB consiguen avanzar con sus derechos, «arruinarán la familia y habrán ganado» y el líder religioso agrega que este «no es un asunto trivial», y asegura «no hace falta un título religioso para darse cuenta cual es la postura de Dios» sobre las relaciones homosexuales.