Casi un desconocido para la mayoría, Alan Turing es el padre de la inteligencia artificial y la computación moderna, y sin dudas, este visionario británico sentó las bases de algunos de los proyectos científicos más importantes de los últimos cien años. Este 23 de junio se celebra el centenario de su nacimiento en la ciudad Londres, y muchas ciudades alrededor del mundo han programado diversas conferencias y exposiciones para rendir homenaje a la labor de un hombre considerado un auténtico genio de las matemáticas, pero que fue infelizmente perseguido durante toda su vida por su homosexualidad.
Turing parecía destinado a la soledad, la incomprensión y la persecución. Distinto a los demás, maniático, excéntrico, pero en extremo inteligente (aprendió a leer sin ayuda en tres semanas y a los 16 años ya entendía los planteamientos de Einstein), su brillante mente fue capaz de plantear las bases de algunos de los campos científicos que hoy están de plena actualidad. Si bien tuvo éxito en los campos en los que se desarrolló, su carrera terminó súbitamente cuando lo acusaron de homosexual.
Turing murió a la edad de 41 años, envenenado con cianuro, dos años después de ser declarado culpable en 1952 por «indecencia grave» debido a su homosexualidad -ilegal en el Reino Unido en ese momento- y ser sometido a castración forzada química.
Con el objetivo de indultarlo, hace pocos años se realizo una movilización pública solicitando al gobierno británico que pidiera oficialmente disculpas por la persecución que sufrió Alan Turing, y el 10 de septiembre de 2009 el primer ministro del Reino Unido emitió un comunicado declarando sus disculpas por el trato recibido en sus últimos años de vida. Pero en 2012, el Parlamento Británico le volvió a negar el indulto alegando que la homosexualidad era entonces un delito penal.
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Fuente – El Mundo
Foto – ABC