Antes de comenzar a tratar el tema familiar no podía dejar pasar la oportunidad de comentar quizás lo más importante, al menos para mí. Toda esta primera historia tan centrada en los amores convulsivos y los excesos no termina con este final tan positivo en el que todo se arregla y de repente todo comienza a venir encarrilado. Es por eso que quería agregar esta última parte a modo de consejo.
Esto va por vosotros, los que también optáis por tomar el camino de en medio en vez de pararos a pensar bien las cosas. Por todos los que también habéis preferido evadiros con las drogas en vez de tomar al toro por los cuernos. Jamás me atrevería a decir a nadie lo que debe o no debe tomar. Tampoco tenemos la confianza suficiente como para juzgarte sobre si tienes o no un problema de adicción con las drogas. Yo ahí no me meto. Y no me meto porque, cuando fui yo quien estuvo de mierda hasta el cuello, jamás quise escuchar a nadie, teniendo que esperarme a casi ni poder respirar para darme cuenta de la que era mi realidad. Tomar el camino de en medio y no agarrar al toro por los cuernos tampoco son expresiones dichas con ánimo de ofender, ya que en un momento crítico puede ser normal el tomar decisiones equivocadas. El paso positivo viene cuando decides arreglarlo.
Una vez que descubres hasta qué punto estás perdido en las drogas, lo difícil no es dejar de tomarlas. Cómo ya he contado es sólo cuestión de tiempo y fuerza. Superar una adicción no es duro. Lo que es realmente duro es lo que viene después. Una vez que estás limpio y con ganas de recuperar todo el tiempo perdido comenzarán los problemas. Habrá gente que te señale, que no confíe en un tu recuperación. Muchos te habrán dado la espalda y pocos serán los que te den una oportunidad. La sensación de soledad puede llegar a ser más dura que todo el mono que hayas pasado sudando en la cama. Ahí es cuando has de ser fuerte, pues será en esos momentos, en los que te sientas despreciado, cuando más riesgo tengas de recaer. Sabed que todo, como siempre, será cuestión de tiempo. Vuestro futuro no tiene por qué estar a la vuelta de la esquina. Sentaos, pensad y avanzad a vuestro paso. Que sea sólo vuestra cabeza quien dicte las órdenes y no las malas lenguas que puedas haber escuchado en ningún sitio. El resto, os lo aseguro, vendrá sólo.
Esta es vuestra vida y es sólo una. Vividla lo mejor que podáis. Y el “qué dirán”, que haga como el agua: dejadla chorrear hasta que llegue el suelo y seguid caminando.
‘Bear and the City’ – Síguelo desde el capítulo 1
que bien!…veo que has logrado ver de nuevo la realidad…todos cometemos errores tio…y ya lo dijo (kien sea)…el triunfo no konsiste en no kaerse nunka…si no en saber levantarse…besotes maños
Muchas gracias por seguir pasando por aquí, Josete. Besote de vuelta para ti. 🙂